Tecnología táctil avanzada

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Un equipo de ingenieros ha conseguido crear un dispositivo revolucionario que es capaz de replicar una variada gama de sensaciones táctiles con precisión, emulando detalladamente el sentido del tacto humano. Este adelanto tecnológico ha sido introducido como una solución que trasciende las limitaciones de los dispositivos hápticos convencionales, los cuales generalmente solo pueden producir sensaciones básicas, como vibraciones.

El aparato, que es compacto, liviano y sin cables, está diseñado para colocarse sobre la piel y poder producir una diversidad de estímulos, como tirones, estiramientos, presiones, deslizamientos y torsiones. Una de sus cualidades más notables es su habilidad para fusionar varias sensaciones táctiles simultáneamente, ofreciendo una experiencia más completa y auténtica. Asimismo, se puede regular la velocidad a la que se generan las sensaciones, permitiendo al usuario personalizar su experiencia táctil.

El dispositivo, que es compacto, ligero e inalámbrico, ha sido diseñado para colocarse sobre la piel y ser capaz de generar una variedad de estímulos, tales como tirones, estiramientos, presiones, deslizamientos y torsiones. Una de sus características más destacadas es su capacidad para combinar diferentes sensaciones táctiles al mismo tiempo, lo que proporciona una experiencia más rica y realista. Además, es posible ajustar la velocidad con la que se producen las sensaciones, permitiendo al usuario personalizar su experiencia táctil.

El jefe del proyecto, John A. Rogers, señaló que una de las restricciones de los actuadores hápticos tradicionales es su capacidad limitada para generar solo contacto superficial en la piel, mientras que el sentido del tacto humano percibe una gama mucho más compleja de sensaciones. «Nuestra meta era diseñar un dispositivo capaz de aplicar fuerzas en cualquier dirección, como empujar, girar o deslizar», afirmó Rogers. Para conseguirlo, el equipo creó un actuador extremadamente diminuto que permite mover la piel en varias direcciones de forma controlada y programable.

Uno de los desafíos más grandes de la tecnología háptica ha sido imitar la complejidad del sentido del tacto. A diferencia de las tecnologías visuales y auditivas, que han progresado rápidamente, las tecnologías de retroalimentación táctil han quedado rezagadas, presentando principalmente sensaciones muy básicas. El especialista en háptica J. Edward Colgate, coautor del estudio, señala que la piel no solo puede percibir sensaciones simples como pinchazos o estiramientos, sino que también es capaz de detectar movimientos laterales, rápidos o lentos, y patrones complejos, como los que se sienten al palpar la palma de la mano.

Para superar esta limitación, los ingenieros diseñaron el primer actuador que puede aplicar fuerzas en todas las direcciones sobre la piel, activando los mecanorreceptores, que son las terminaciones nerviosas sensibles al tacto. Este actuador tiene un tamaño de apenas unos pocos milímetros y emplea un pequeño imán junto con bobinas de alambre dispuestas en forma de nido. Al pasar corriente eléctrica a través de las bobinas, se genera un campo magnético que mueve el imán, lo que permite imitar una variedad de sensaciones táctiles, como pellizcos, estiramientos, presiones o impactos.

Aparte de su capacidad para crear sensaciones, el dispositivo integra un acelerómetro que monitorea su orientación en el espacio. Esto le permite modificar la retroalimentación táctil según la posición y el movimiento del usuario. Por ejemplo, si el dispositivo se sitúa en la mano, puede identificar si la palma está hacia arriba o hacia abajo y seguir sus movimientos, velocidad y rotación. Esta habilidad es crucial para mejorar la interacción con entornos virtuales o para simular la percepción de texturas en pantallas, proporcionando una experiencia más envolvente y precisa.

Además de su capacidad para generar sensaciones, el dispositivo incorpora un acelerómetro que rastrea su orientación espacial. Esto le permite ajustar la retroalimentación táctil en función de la posición y el movimiento del usuario. Por ejemplo, si el dispositivo se coloca en la mano, puede detectar si la palma está hacia arriba o hacia abajo, y seguir sus movimientos, velocidad y rotación. Esta capacidad es clave para mejorar la interacción con entornos virtuales o para simular la sensación de texturas en pantallas, ofreciendo una experiencia más inmersiva y precisa.

La capacidad de convertir sonidos en vibraciones táctiles también es una de las innovaciones destacadas de este dispositivo. Al permitir que el usuario «sienta» la música y distinga entre diferentes instrumentos mediante vibraciones, la tecnología abre nuevas posibilidades para las personas con discapacidades auditivas, proporcionando una forma única de experimentar el sonido a través del tacto.

El equipo de ingenieros está convencido de que su invención tiene el potencial de reducir aún más la brecha entre el mundo físico y el digital, mejorando la interacción en entornos virtuales y haciendo que las experiencias digitales sean más naturales y atractivas. La combinación de alta precisión, versatilidad y adaptabilidad de este dispositivo podría transformar sectores como el entretenimiento, la medicina, la educación y la asistencia a personas con discapacidades, marcando el comienzo de una nueva era en la tecnología háptica.

By Miguel Pérez