El problema con el arte del panfleterismo no es el panfleterismo. Se puede poner la narración al servicio de cualquier causa (si se retoma desde cuando Homero puso a la Musa al servicio de la ira de Aquiles), pero se puede hacerlo bien, porque la propaganda del Cabo se abandona tanto al arte como en cuanto a la causa que defiende, simplemente porque lo es. A panfleterismo basura fortalece a los de la trinchera opuesta. si la serie Respirar (Netflix) es la gran defensa de la salud pública de la plataforma televisiva, podemos dar la salud pública por pérdida. Con los defensores así no hice falsos liquidadores.
El reproche a Respirar Esto no es un alegato a favor de la salud pública. El reproche a Respirar Es que es una acusación tan mala, que causa mucha vergüenza y que da la esperanza de rescatar a algunos miembros del departamento, cuyo talento es arrastrado a lo más alto de la serie. En concreto, tengo ganas de extender el brazo sobre la pantalla, coger la mano de Aitana Sánchez-Gijón, prepararle un chocolate caliente y decirle que no se preocupe, que ya lo conseguiremos. Respirar de su filmografía. Te tendremos como nunca antes lo habías visto.
Nos costarán más olvidarnos que aquel presidente valenciano que sólo podía tener un país como el ninot en una filtración. El personaje de Najwa Nimri desmiente que la realidad supere a la ficción, y no será porque en la política española tengamos fantasías rebuscadas y momentos inverosímiles. No destruyo nada si me entero de que la presidenta ha descubierto en privado sobre el cáncer de madre la importancia de esta sanidad pública que, con la salud de Cruella de Vil, quiere cargar (pero sabe bien por qué: parece que porque ella es muy pija y pobre Dan Asco). Quizás piden cobertura universal gratuita fuesen tan simples y cutres: siempre y cuando los vecinos atolondrados de Respirar —que son buenos para aquellos de Anatomía de Grey— podrían desbaratar sus malvados aviones.
Diré que no es tan larga, que es sólo una serie, y no parece una serie que dure para siempre. Seguramente perderás en las arenas desplazadas del catálogo de Netflix, que todos chupan sin piedad. Puede ser. Pero ha marcado un tono, como el diapasón que surge de la nota, y condicionará a los que se alejan, disuadiéndolos del empeño. Alguien tuvo la oportunidad de jugar un bonito juego de ficción sobre salud pública, pero luego Respirar nadie lo hará.